Irritaciones cutáneas exudativas
La piel es el órgano que aísla y protege el organismo del exterior. Cuando sufre una agresión, el proceso de reparación de la piel se activa para restablecer la función de barrera y las funciones metabólicas.
Para apoyar a sus pacientes
Recetas de coprescripción
Nuestra piel se ve fragilizada por la irritación provocada por agresiones externas como el frío, agentes irritantes (alérgenos, metales…), lo que da lugar a diversas afecciones cutáneas que se manifiestan con:
- inflamación
- alteración de la epidermis
- un riesgo potencial de infección
En estas afecciones, no hay pérdida de materia (tejido) y la irritación aparece de forma gradual, a diferencia de traumatismos como cortes, quemaduras o intervenciones dermatológicas, en los que se produce una pérdida repentina de materia (tejido).
El aspecto de las lesiones puede variar mucho, desde el mero enrojecimiento hasta la formación de ampollas o incluso necrosis, acompañadas de picor o de sensaciones de ardor.
En estos casos, hay “exudación”, un síntoma derivado de muchas causas.
Las distintas situaciones
La exudación irritativa
El eritema del pañal exudativo
Afecta a recién nacidos, lactantes y niños.
Está ligado al contacto de la piel con heces y orina irritantes, y puede agravarse con la diarrea, la erupción de los dientes, la ingesta de antibióticos o incluso el fin de la lactancia materna.
Las rojeces suelen localizarse en las zonas convexas de la zona del pañal en contacto con las heces y la orina.
El eritema del pañal es molesto y, si no se trata como es debido, puede extenderse a toda la zona en contacto con el pañal y convertirse en un foco de superinfección (por Candida albicans).
El intertrigo de los pliegues
Se trata de una inflamación cutánea localizada en los pliegues del cuerpo, tanto los pliegues de flexión (codos, rodillas, ingles, axilas) como los pliegues formados por el contacto “piel con piel”, bajo el pecho de gran tamaño o el abdomen.
Estas lesiones inflamatorias provocan dolor, sensación de ardor y picor. Los factores que contribuyen a ello son sobre todo los que propician la maceración y la irritación de la piel, en particular la obesidad, la lactancia, la incontinencia, la sudoración excesiva, etc.
Pero más allá de estos síntomas, hay diversas dermatosis.
Al contrario de lo que suele pensarse, todo lo que afecta a los pliegues no es necesariamente una micosis.
La exudación por traumatismos (heridas, rasguños)
La exudación por traumatismos se puede producir como consecuencia de arañazos o rasguños, o por cortes infectados en la piel.
Se presentan muchos síntomas, como dolor en el lugar de la herida o a cierta distancia de ella, y edema o eritema a su alrededor. La herida puede estar caliente o ser purulenta. También puede haber pequeños ganglios linfáticos cerca de la herida, en el cuello, las axilas o la ingle.
La exudación infecciosa
La varicela
Aparece en los niños a partir de los 6 meses y en el 90% de los casos afecta a menores de 15 años.
Es una enfermedad viral contagiosa que confiere inmunidad, pero la persistencia del virus en el organismo provoca herpes zóster en los adultos.
La varicela se reconoce por una erupción de vesículas llenas de líquido claro, que se transforman en lesiones costrosas al cabo de unos días. Puede acompañarse de fiebre.
El herpes zóster
Es la reactivación del virus de la varicela en los adultos. Este virus acarrea una disminución directa de las defensas inmunitarias (cansancio, estrés…) o una enfermedad que de por sí provoca este déficit inmunitario (cáncer, infección…).
Se trata de una enfermedad dolorosa (antes y después de la erupción), con dolor en forma de hormigueo, picor, sensación de ardor o fiebre baja.
La erupción se manifiesta en forma de vesículas en la piel enrojecida en un único lado del cuerpo, en el trayecto de un nervio sensorial (tórax, rostro).
Después de unos días, las vesículas se secan, forman costras y acaban cayéndose.
El impétigo
Esta afección cutánea se da sobre todo en niños de 2 a 5 años.
Es una infección bacteriana causada por un estafilococo dorado o un estreptococo.
El impétigo se ve favorecido por las lesiones de la piel, la falta de higiene, la presencia de casos en la escuela, las infecciones nasales, la diarrea y ciertos medicamentos.
Hay dos formas, tratándose en el 70% de los casos de impétigo costroso, caracterizado por la aparición de pequeñas vesículas o ampollas translúcidas que estallan y exudan en pocas horas. Después se secan y forman una costra que cubre el área roja erosionada. No suele causar dolor, pero sí picor.
Y luego está el impétigo ampolloso, menos común, que se da en el 30% de los casos, con la aparición de una lesión inicial en forma de ampolla más grande y la multiplicación de las lesiones al cabo de 2 o 3 días, que estallan y forman grandes erosiones que se extienden rápidamente.
El intertrigo de los dedos de los pies
No hay una edad específica para esta afección, que se da tanto en niños como en adultos.
Los pliegues interdigitales de los pies suelen verse parasitados por dermatofitos, generalmente debido al hongo Trichophyton rubrum. Es una micosis de los pies. A menudo se le llama “pie de atleta” porque es bastante frecuente entre los deportistas, con el agua de las piscinas, las saunas y los pabellones deportivos como factores contribuyentes.
También puede guardar relación con la diabetes o la obesidad.
Aparecen fisuras y placas blanquecinas maceradas o eritematosas, y picor.
La micosis puede extenderse a todo el pie y conferirle un aspecto blanco y harinoso, con una descamación localizada.
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