¿Cómo proteger a los niños del sol?
La frágil piel de los niños es especialmente vulnerable a los efectos nocivos del sol, y las quemaduras solares en la infancia aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta. Cuando no se puede evitar la exposición al sol, es esencial una protección solar adecuada desde una edad temprana.
Simples gestos cotidianos
Elegir las horas adecuadas para salir
¿Por qué?
La intensidad de los rayos solares que llegan a la piel depende principalmente de la posición del sol en el cielo. Cuando está en su punto más alto, sus rayos son más directos y más peligrosos para la piel.
Consejo: cuanto más cortas sean las sombras, mayor será el riesgo de exposición.
¿Cómo?
No se exponga al sol durante las horas más calurosas (entre las 11 y las 16 horas).
Prefiera las zonas sombreadas, bajo los árboles, sombrillas o refugios cuando esté al aire libre.
Si la exposición es inevitable, protéjase la piel al máximo con ropa y aplíquese crema solar en las partes del cuerpo descubiertas.
Utilizar ropa de protección
¿Por qué?
La protección solar no consiste sólo en aplicarse crema solar.
¿Cómo?
- Elige ropa ligera y larga, o incluso anti-UV, y un sombrero de ala ancha para proteger la cara, las orejas y la nuca.
- No olvides las gafas de sol con protección UV.
Aplicar una crema solar adecuada
¿Por qué?
Es importante aplicar con regularidad y generosidad una crema solar con un factor de protección solar elevado (SPF 50 o 50+).
Es esencial enseñar los reflejos correctos de fotoprotección desde una edad muy temprana.
¿Cómo?
Aplique generosamente crema solar en la cara y el cuerpo antes de exponerse al sol.
Recuerde volver a aplicar la crema solar cada dos horas o inmediatamente después de sudar, nadar o secarse con la toalla, para mantener la protección.
No olvide las zonas que suelen descuidarse, como las orejas, el cuello, la parte superior de los pies, las manos y detrás de las rodillas.
No descuides la hidratación y los cuidados para después del sol
¿Por qué?
Los niños se deshidratan más rápidamente y no piensan necesariamente en beber cuando están ocupados jugando.
¿Cómo?
Asegúrese de que los niños beben mucha agua con regularidad.
Para hidratar y calmar la piel que se ha recalentado tras la exposición al sol, aplique generosamente una loción reparadora sobre la cara y/o el cuerpo limpios y secos después de la exposición.
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