Esta sencilla regla permite realizar un autoexamen de la piel y detectar rápidamente una mancha sospechosa  

• Asimetría
  la forma de la mitad de la mancha no coincide con la de la otra mitad
• Bordes irregulares
  si los bordes presentan muescas, se encuentran mal definidos
• Color no homogéneo
  que varía de una zona a otra de la mancha
• Diámetro
  superior a 6 mm (como el diámetro de un bolígrafo)
• Evolución
  en el aspecto de la mancha, en su tamaño particularmente, su forma o color

Hormonas + Sol: el melasma o “máscara del embarazo”
El melasma se caracteriza por la aparición de grandes manchas oscuras en la cara, especialmente en la frente, las mejillas, las alas de la nariz, el labio superior y la barbilla. Este tipo de hiperpigmentación afecta principalmente a las mujeres de entre 20 y 45 años que se ven expuestas a grandes cantidades de hormonas, ya sea durante el embarazo o al seguir métodos anticonceptivos o cualquier otro tratamiento hormonal. 

Edad + Sol: el lentigo
El lentigo son pequeñas manchas que aparecen con la edad en todas las zonas expuestas al sol: la cara, así como el cuello, el escote, el dorso de las manos, los antebrazos, los hombros y la espalda. Este tipo de hiperpigmentación aparece tanto en hombres como en mujeres a partir de los 45 años. El lentigo viene acompañado de arrugas y pérdida de firmeza cutánea. 

Inflamación + Sol: la hiperpigmentación postinflamatoria
La hiperpigmentación postinflamatoria se desarrolla tras una patología inflamatoria de la piel (acné, eczema, psoriasis...) o una inflamación cutánea causada por una irritación (depilación, exfoliación, láser, peeling...) o una lesión. Las pieles oscuras a negras tienen más riesgo de desarrollar este tipo de hiperpigmentación.