¿Cómo cuidar de la piel atópica de mi hijo?
El eczema atópico es una enfermedad crónica de la piel que se desarrolla en brotes o “crisis”. Aparecen placas rojas que producen picor. La piel está más seca, más frágil y ya no desempeña correctamente su función de barrera protectora. En consecuencia, es hipersensible a su entorno y se inflama muy rápido al entrar en contacto con alérgenos o sustancias irritantes. Adoptar una serie de sencillos hábitos puede ayudar a mejorar el estado de la piel de tu hijo y hacer que su eczema resulte más llevadero.
5 sencillas acciones cotidianas
Aplicar
el tratamiento farmacológico recetado en las placas durante los brotes
¿Por qué?
Controlar el brote de eczema lo antes posible
¿Cómo?
Aplicar el tratamiento recetado en cuanto aparezcan los primeros signos de una crisis (enrojecimiento, picor) y hasta que las rojeces desaparezcan por completo
Hidratar
la piel
¿Por qué?
- Reducir la sequedad
- Reconstruir el film protector de la pie
- Espaciar las crisis
¿Cómo?
Aplicar un emoliente todos los días después de asearse, sobre la piel todavía húmeda
Limitar
los picores
¿Por qué?
Reducir el riesgo de sobreinfección y de cicatrices
¿Cómo?
- Aplicar frío en la zona que pica (bolsa de gel frío, guijarros o agua termal refrigerados...)
- Mantener sus manos y su mente ocupadas (con una bola antiestrés, coloreando...)
Lavar
con suavidad
¿Por qué?
No agredir la piel, ya de por sí frágil
¿Cómo?
- Usar productos adaptados a las pieles atópicas, sin jabón
- Sin guante de aseo
- Con una temperatura no demasiado elevada (27-30 °C)
Eliminar
el polvo, el pelo de las mascotas y los ácaros
¿Por qué?
Limitar el contacto con alérgenos que puedan desencadenar un brote de eczema
¿Cómo?
- Ventilar a diario
- Evitar los nidos de polvo (alfombras, moquetas...)
- Prohibir la entrada de las mascotas al dormitorio
¿Cómo aplicar correctamente el emoliente?
Las 3 etapas clave
1
Lavarse las manos
2
Calentar el emoliente entre las manos
3
Distribuirlo por la cara y, a continuación, por el cuerpo con las manos extendidas y efectuando movimientos circulares, sin frotar demasiado
La dosis adecuada: aplicar 1 dosis de crema en cada zona
Y algunos consejos
Aprovecha la aplicación para realizar un masaje relajante a tu hijo y que se convierta en un momento de distensión.
Involucra a tu hijo lo antes posible en la aplicación del emoliente, como si se tratara de un juego.
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